jueves, 24 de septiembre de 2015

Ruinas...




"Las ruinas son un regalo... Las ruinas, son el camino a la transformación."

  (Come, reza, ama)      




En ruinas me encuentro... y sin embargo, lejos ya de ese momento en el que andaba desesperada, intentando recoger todos los pequeños fragmentos de mi alma, que recién acababa de estallar en mil pedazos, deseando reconstruirla y que todo lo que amé, lo que desee, lo que anhelaba... volviera. 

No hay nada que reconstruir, nada que cambiar, nada de lo que arrepentirse ni por lo que llorar... ya no. Solo queda curar heridas, que tal vez un día dejarán ver entre ellas la luz de mi alma, que más tarde o más temprano brillará de nuevo.

sábado, 12 de septiembre de 2015

Amigo, Maestro, Amo…. Gracias.




Estuvo siempre ahí, en mis primeros pasos, cuando perdida aparecí a las puertas de Su casa que en breve tiempo fue también la mía y el lugar donde empecé a caminar.

Me observó, vio mi primera caída, me aconsejó en mis dudas y me sostuvo con mano firme para que me sintiera suficientemente fuerte y no volviera a caer.

Sostuvo también mi sentir, sentimientos fuertes que al más mínimo roce o movimiento explotaban llevándose todo y sumiéndome en la más absoluta confusión.
Tendió entonces Su mano mostrándome el camino con Su luz, le abrí mi pecho para mostrar mi alma y se convirtió en mi Maestro, en mi Tutor.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Hablarás...



Hablarás de mi.... Y todo el tiempo que emplees en ello, cada instante, lo perderás de tu propia vida. 
Hablarás y te perderás sonreír, llorar, amar, disfrutar, sufrir, crecer, sentir... yo seguiré haciendo todas esas cosas y muchas más, viviendo intensamente el regalo de cada nuevo día, mientras tú, solo observas... para mañana tener de qué seguir hablando.




vera


                                

sumisa sin Amo



Quizás siento algo sin que nadie lo sepa, sin necesidad de mostrar todo lo que alberga mi alma sino solo una pequeña parte, sin deseos de compartir esa otra parte de mí. O tal vez es simplemente que no me interesa conocer a aquellos que me hacen preguntas absurdas y simples, ocultando pretensiones tan obvias que aborrecen.

Soy sumisa, o no lo soy... Tampoco importa demasiado, si en mi vida, logro que mi alma se llene de la luz que necesita.

Tengo la firme convicción de que conocer a otras personas me agrada, pues me llena, aunque en muchas ocasiones confío y me equivoco... pero solo una es capaz de tocar mi alma y a esa espero.

La perra



Hay un chiste que siempre me ha resultado gracioso. Habla de que, para reconocer el amor verdadero solo tienes que coger a tu novia y a tu perro y encerrarlos en el maletero del coche. Tras varios minutos, lo abres y observas... ¿Quién se alegra de verte?

Yo soy la boba irracional que al abrirse el maletero me lanzaría a los brazos de mi Dueño y le adoraría igual que siempre. Aunque lo poco que me resta de sentido común, me llevase después a "atosigarle" un poco con preguntas para conocer las razones de ese encierro, todo y asumiendo que tal vez El, considerase o no explicármelo.

Desde que me siento sumisa he aprendido mucho de mí observando a mi cachorro, ahora que no está conmigo, quizá incluso más.  
Él está con mi padre, que le da de comer, disfrutan de largos paseos juntos, lo mima tal vez más de lo que debería y le cuida incluso mucho mejor que yo. Mi rubio adora a mi padre, sin embargo sigue durmiendo todas las noches a los pies de mi cama, esperándome.