domingo, 23 de noviembre de 2014

La mayor dicha...



Encontrar, que no buscar, a Aquel que te observó, que te estuvo esperando...

Aquel que no te permite convertirte únicamente en lo que Él desea y te desea tal como eres.


Poder ser Su placer, Su orgullo, Su dicha... entregarle tu dolor y tus lagrimas.

Convertirte en Sus deseos cumplidos, ser Su apoyo, Su descanso y también Su anhelo.


Ser parte importante en Su vida, ya que por siempre, Él será la tuya.

El único con el que cautiva entre las cadenas de Su abrazo, te haga volar libre.

Aquel con el que postrada a Sus pies, sometida, logre elevarte hasta tocar el cielo.

Aquel por el que resplandeces.... al que esperas....



vera.




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