EL PLACER

Ocultas en mis tinieblas mis fantasías,  hábilmente descubrirá Aquel que deba ser Dueño de mi alma, otorgándome el placer más absoluto que no será otro que rendir el Suyo sin objeción ni demora y entregar mi ser.

Ansío entregarle las llamas del lujurioso placer que enrojece mi alma, pues solo sus manos serán las más  firmes, resistentes al calor que emana, capaces de poder sostenerla.

Su deseo será mi único anhelo, mi cuerpo sutilmente acariciado por Él se tornará bello, mi alma resplandecerá solo para Él, y en mi mente habrá un único pensamiento… complacerlo.

Se alzará el rubor en mis mejillas al tiempo que mi interior se humedecerá, al postrarme y ofrecer a mi Señor aquello que requiera y que le pertenece.

Al sentir la presión del entramado de nudos de sus firmes ataduras, no será presa como me sienta,  pues cada lazo, cada nudo creado por Él sobre mi cuerpo, me sostendrá y a la vez me hará libre.

Mi cuerpo ardiente y estremecido de placer se agitará bajo su férrea disciplina, esperando ansioso ser merecedor de ser torturado de nuevo por sus hábiles manos, entregado al dolor que se tornará placer solamente por venir de su único Dueño.

La dulce caricia de sus dedos sobre mi piel marcada, será capaz de elevarme hasta el infinito, únicamente el dolor y el placer que Él me regale calmarán la sed de mi cuerpo.

El color rosado de mi suave piel tras el castigo será el más bello recuerdo, pues al sentir el calor, el leve dolor, me sabré digna de estar a sus pies.

Poder ofrecer mis lágrimas será mi dicha, cada húmedo sentimiento brotará de mis ojos, resbalando por mis mejillas para hacerme ante Él la más hermosa.

Recibir su esencia  en mi boca será mi honra, saborear el elixir dulce tras poder ver con mis propios ojos su rostro estremecido por el placer, feliz de poder ser yo la que se lo brinde.

Mi placer será procurar el Suyo, el dolor, el más preciado regalo que me pueda ofrecer, mi  único deseo  servirle, ser la mejor para Él, mi mayor sufrimiento  su ausencia,  su deseo de recibir mi entrega será mi mayor dicha y mi sentir… será el Suyo.

vera