domingo, 11 de mayo de 2014

Presencia






Cuando no eres capaz de describir lo que sientes, cuando es algo más intenso que el dolor o que el placer, cuando crees que serias capaz de hacer cualquier cosa que te ordenase sin pensar, sin poder comprender,  solo puedes explicarlo como algo tan simple como sentir su absoluta y permanente Presencia.

Crece en tu interior una sensación de necesidad, de entrega, te envuelve y a la vez te atraviesa de tal forma que tu respiración tan pronto se acelera como se puede parar en cuestión de segundos, del mismo modo que tu corazón.

Puedes sentir la nostalgia de la lejanía, incluso hasta el punto de ver brotar de tus ojos unas lagrimas sin sentido y en cuestión de segundos sonreír, sentir su tacto, su calor, penetrando en ti haciéndote sentir dichosa, plena pues ya no es el suelo el que te sostiene, flotas en el aire sabiéndote segura, eres consciente de que no te vas a perder, que es Él quien te sujeta.

Lo sientes, en tu interior, observándote a cada segundo, rozando tú piel en cualquier momento y en cualquier lugar, puedes oír su voz sin tenerle cerca, su palpitar y su respiración acompasada con la tuya, aunque sepas que no está aquí, que varios kilómetros os separan y sin embargo puede sufrir tu dolor, vibrar con tu placer y compartir tu sentir.

El día se torna corto y la noche larga, deseando poder dormir y embargarte en ese profundo sueño en el que cada noche vuelve a ti, a posar sus ojos sobre tu cuerpo, sus manos sobre tu piel desnuda, postrada a sus pies, dichosa, cumpliendo sus ordenes, recibiendo el dolor de un castigo que solo sientes como tal en el momento en que despiertas, en ese momento en que dejas de sentirlo.

Entonces descubres que no son las cuerdas las que te atan, las que marcan tu piel, ni la cera la que hace sentir que de repente y en cualquier momento puedes empezar a arder, tampoco ese dolor que sientes al torturarte por una simple orden el que te da el placer de sentir su cercanía, ni sus palabras las te hacen sentir que te cuida o tu imaginación lo que te sostiene, lo que de repente te lleva a otro lugar, al único sitio en el que deseas estar,  a su lado.


Es solo… Su Presencia.



vera.








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